No sé si te dolió cuando caíste, no sé si caer del cielo es doloroso. Ahora no importa, ya estás aquí y eso es lo que me vale. Espero que no te hayas lastimado, pero si fue así prometo sanarte. No te haré daño, eres mi angel caído del cielo y solo deseo hacerte feliz, tan feliz que no logres definir si estás en ésta tierra o sigues en el cielo.
Verás dentro de mí algunos monstruos y otros seres medios extraños, no te asustes, pero procura no asustarlos tu tampoco. Nos enamoramos en el suspiro que generes, y de verte creo que ya todos lo estamos. No son malos, algunos han llegado, y otros ya estaban aquí. Vamos todos al mismo lugar, a nuestra manera, pero ahí vamos.
Todos aquí habíamos soñado con alguien como tú. Nuestras oraciones fueron escuchadas y llegaste tú. No ha sido fácil estar en donde estamos, sentir lo que sentimos, y tener el pensamiento armonioso que todos aquí compartimos. Verte a ti, descubrirte a ti, tenerte a ti aquí ha sido lo mejor que nos ha sucedido.
Tus ojos, tu voz, tus caricias, tu cariño, tus palabras, tus besos, tu piel, tú… Simplemente tú, eres nuestro sol en medio de un día de lluvia, eres la luz en la noche más oscura, eres la esperanza de un mundo en reconstrucción. Has llegado aquí y has cambiado nuestra vida. Eres el amor que siempre quisimos.
Nuestro ángel, nuestra bella doncella. Te cuidaremos como viles caballeros, y no habrá nada que pueda lastimarte, ni noche fría u oscura que aleje el sueño. La tristeza será erradicada para que tu sonrisa sea el centro de esta galaxia, y tu risa el ritmo del tiempo que transcurre en la vida. Tú, bella princesa, serás nuestra reina hasta nuestro último suspiro.
Victor Sola, Open Space 